El yo y los intereses comunes
- enero 06, 2015
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“No es la conciencia del individuo la que
determina su existencia, sino todo lo contrario su social existencia es la que
determina su conciencia” (Karl Marx).
El
hombre, sin duda alguna es uno de las más complejas especies de la evolución
hasta nuestros días. Somos una extraña criatura que cobija: egoísmo, altruismo,
la capacidad de reflexionar sobre nuestro comportamiento y la aspiración a
fijar patrones que nos brinden una “buena vida”, o al menos, lo que creemos que
es justo. A lo largo de la historia, como una consecuencia de la dualidad
egoísmo-altruismo, la cual es inherente a la naturaleza humana, el hombre le ha
otorgado prioridad al ser individual o el ser social, tratando así de poder
justificar sus preferencias mediante doctrinas éticas, morales y valores sobre
lo que nosotros llamamos ahora “buena vida”, aquella vida que solo es realmente
valiosa de vivir.
Entonces podemos entender cómo es que cada
ser humano no es parte de algo sino de “un todo”. Cada ser humano significa un
sujeto autónomo. La autonomía y dignidad intrínseca no quita que en lo externo
sea dependiente de otros: puede no tener autonomía racional, física o moral. De
hecho, para sobrevivir el ser humano necesita de otros. Un bebé es independiente
y autónomo como ser humano pero necesita de otros que le ayuden a desarrollarse,
no sobreviviría por sí mismo.
Cuando el hombre se encuentra frente a
esta dualidad entre lo que significa ser hombre (como individual) y la sociedad,
se enfrentan a la naturaleza en tres fases: o está a merced de ésta, se adapta
o se trasforma. El hombre para poder vivir necesita trasformar su entorno por
medio de trabajos que involucran acciones más allá de lo natural. Tenemos una
relación de dependencia con la naturaleza, de ella sobrevivimos, nos
protegemos, alimentamos. En la medida en que el hombre evoluciona toma y busca
control sobre la naturaleza, la trasforma de acuerdo a sus necesidades. Hace
algún tiempo cuando nuestra tecnología no estaba tan desarrollada nuestra relación
con el medio natural no generaba más que un impacto local, pero en la
actualidad aparecen problemas más significativos y generalizados.
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